Como no extrañarte Cundinamarca.!
Cada uno de los seres humanos que estamos pensando en la moraleja que nos deja toda esta situación de salubridad para el mundo, pudimos comprender que por más poder, dinero, pocisión social, realmente somos insignificantes, estamos de paso por lo que realmente permanece que es el universo. Aprendimos a valorar cada uno de los detalles mínimos de nuestra cotidianidad y más aún de los no cotidianos, sembrando la esperanza de que cuando todo esto pase, abrazarse será una de las cosas más importantes que haremos con las personas que nos importan, un abrazo del alma, de corazón a corazón, que transmite, por que los abrazos, los besos, las caricias, las miradas no volverán a ser como antes.
Añoramos cada instante en el que nos acercamos a la sra que asa las Mazorcas al borde de carretera para tener su susteno y de paso deleitarnos con oro ancestral muisca, en vuelo en amero, calentado con el carbón que brota de la tierra y acompañada de la mantequilla derivada de las mano obreras de nuestros campesinos que madrugaron a extraer la leche de las ubres de las vacas, que pastan con el resultado de una simbiosis de elementos perfectos que nos permiten poder saborear, oler, palpar y degustar todos los manjares del universo, que tal vez hace unos días no valorabamos.
La moraleja recae en nuestros hábitos, seremos mejores seres humanos? seremos capaces de cuidar y valorar a cada una de las personas q hacen posible que tengamos algo que comer en nuestra mesa? Seremos capaces de cuidar nuestro entorno y la naturaleza? Seremos mejores anfitriones y mejores huespedes? De seguro que sí, en medio de las adversidades tenemos la fé que así será.